La salud auditiva es crucial para los músicos, ya que la exposición prolongada a niveles elevados de intensidad sonora puede causar daños irreversibles, como la hipoacusia o sordera inducida por ruido. A continuación, explicaremos algunos consejos prácticos para proteger los oídos, respaldados por una justificación técnica basada en estudios especializados sobre los riesgos auditivos.
Explicación técnica de la protección auditiva
El oído humano tiene limitaciones tanto en frecuencia (20 Hz a 20 kHz) como en intensidad. Las razones para proteger la audición se fundamentan en tres pilares técnicos clave:
La Escala Logarítmica y los Decibelios (dB). La sensación sonora no aumenta de manera lineal con la intensidad del sonido, por lo que se emplea una escala logarítmica para describirla. Un pequeño aumento en los decibelios (dB) representa un incremento significativo en la energía sonora que el oído recibe. Por ejemplo, un aumento de 3 dB duplica la cantidad de energía auditiva, lo que implica que un sonido más fuerte tiene el doble de potencia, lo que puede generar más daño a largo plazo.
Límites de Dolor y Peligro. El umbral de audición se encuentra en 0 dB, mientras que el umbral de dolor se ubica alrededor de los 120-140 dB (equivalente a 1 W/m² de presión sonora). Sin embargo, el daño no se limita solo a los niveles de dolor. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición a sonidos superiores a 85 dB durante ocho horas o a 100 dB durante solo 15 minutos ya puede ser perjudicial para la salud auditiva. Esto resalta la importancia de controlar la intensidad del sonido y la duración de la exposición.
La "Dosis" de Ruido. El potencial de daño auditivo está directamente relacionado con la cantidad de energía sonora que el oído recibe, lo que depende de la intensidad del sonido y la duración de la exposición. Instrumentos musicales como el clarinete (110 dB), el saxofón alto (103 dB) o el violonchelo (100 dB) superan fácilmente los niveles de seguridad si se tocan durante periodos prolongados, lo que aumenta el riesgo de daño auditivo irreversible.
Consejos para proteger los oídos de los músicos
Con base en estudios sobre la higiene y seguridad laboral para músicos, aquí se presentan algunas medidas clave para proteger la salud auditiva:
Uso de protección individual (EPI). Es fundamental que los músicos, especialmente aquellos que tocan instrumentos de viento como los trompetistas o de percusión, utilicen protectores auditivos adecuados. Estos dispositivos ayudan a atenuar la intensidad del sonido sin sacrificar la calidad de la música. Existen filtros específicos para músicos que reducen el volumen de manera uniforme en todas las frecuencias, lo que garantiza una experiencia auditiva segura.
Adecuación del instrumento. En el caso de los pianistas, es recomendable cerrar la tapa del piano siempre que sea posible para amortiguar el sonido desde su origen. Asimismo, evitar superficies brillantes que puedan reflejar el sonido o la luz de forma molesta contribuye al confort general del músico y a la reducción de la exposición auditiva innecesaria.
Aislamiento y acondicionamiento acústico. Las salas de ensayo deben estar insonorizadas para reducir la interferencia entre instrumentos y disminuir el ruido de fondo. Materiales como la cortiza, la fibra de vidrio, la lana de roca o el poliestireno son eficaces para aislar las habitaciones y evitar que el nivel total de intensidad aumente debido a la acumulación de ruido de varios instrumentos simultáneos.
Gestión del tiempo y descansos. El daño auditivo no solo depende de la intensidad del sonido, sino también de la duración de la exposición. Es crucial tomar descansos regulares durante las sesiones de práctica o enseñanza, para permitir que el sistema auditivo se recupere y evitar una exposición continua a niveles elevados de ruido. Alternar entre períodos de trabajo y descanso puede reducir significativamente el riesgo de daño auditivo.
Monitoreo de niveles sonoros. Se recomienda realizar mediciones frecuentes con sonómetros para conocer los niveles exactos de intensidad a los que los músicos están expuestos. Si los niveles superan los límites recomendados (85 dB para exposiciones largas o 100 dB para exposiciones cortas), es necesario tomar medidas para reducir la exposición, como usar protección auditiva o modificar el entorno de trabajo.
Formación y concienciación. Es esencial que tanto los directores de orquesta como los propios músicos reciban formación sobre los riesgos del daño auditivo permanente. Conocer la importancia de seguir las medidas de protección puede ser crucial para evitar efectos irreversibles en la salud auditiva a lo largo de una carrera.
El impacto del sonido en nuestro cuerpo
Para entender mejor el impacto del sonido en nuestra audición, podemos imaginar nuestro sistema auditivo como un depósito de energía limitado. Cada vez que nos exponemos a sonidos fuertes, ese depósito se va agotando. Si no damos tiempo a que se recargue mediante períodos de silencio o descanso, o si lo vaciamos rápidamente con una exposición a niveles extremadamente altos, el "depósito" puede romperse de manera irreversible, lo que resulta en una pérdida auditiva permanente.
Es por esto que la protección auditiva no es solo una recomendación, sino una necesidad urgente para los músicos. Si bien la música es una de las formas más enriquecedoras de expresión humana, es esencial que los artistas cuiden su salud auditiva para seguir disfrutando de su arte sin comprometer su capacidad de escuchar. Implementando medidas de protección como el uso de protectores auditivos, ajustando el entorno acústico y gestionando la exposición al sonido, los músicos pueden prolongar su carrera y preservar su salud a largo plazo.
